¿Alguna vez has estado en una habitación y te has dado cuenta de la cualidad calmante que hay en ese espacio?
Sin saberlo, quizás has estado experimentando los sorprendentes efectos de la humilde hoja de laurel.
Esta pequeña pero poderosa planta se encuentra a menudo en la cocina mediterránea, pero sus usos definitivamente no se detienen allí.
Aunque las hojas de laurel son a menudo asociadas con lo culinario, tienen una larga historia de ser utilizadas también de otras formas. Los griegos y romanos celebraban la hoja de laurel por sus propiedades curativas. Todavía se puede ver su veneración por sus competencias a través del arte que dejaron atrás.
Ahora sabemos hasta qué punto los griegos y los romanos las consideraban. Las hojas de laurel tienen un efecto calmante probado, pueden actuar como un agente anti-inflamatorio, y pueden ayudar a prevenir ataques epilépticos. Las hojas contienen aceites esenciales, tales como eucaliptol, que pueden liberar las vías respiratorias y ayudar a la relajación.
Además, las hojas de laurel pueden reducir el insomnio, el estrés y el colesterol. También pueden ayudar a regular el azúcar en la sangre y la presión arterial.
Por supuesto, todos estos beneficios no se alejan de lo deliciosa que puede ser la hoja de laurel cuando se añade a los platos. Recuerda siempre quitar las hojas de la comida antes de comer, para no tragarse accidentalmente una.
Los efectos calmantes de estas hojas pueden ser experimentados a los 10 minutos. Todo lo que tienes que hacer es quemar unas cuantas hojas en tu casa.
Siempre asegúrate de ponerlas en un contenedor seguro y lejos de cualquier cosa que pueda ser inflamable. Utiliza hojas que estén completamente secas para conseguir un efecto mejor y que éstas se quemen fácilmente.
En cuestión de momentos, deberás experimentar el poder de la hoja de laurel cuando su aroma llene la habitación. ¡Prepárate para eliminar el estrés al igual que lo hacían los romanos!
