La adopción de un niño es una de las decisiones más importantes que cualquier familia puede hacer. No sólo cambiará por completo la vida del niño que se adopta, también va a cambiar radicalmente la vida de la propia familia. No es algo para tomar a la ligera, y el proceso puede ser largo y muy difícil. Pero, si habla con cualquier familia con un niño adoptado le dirán que la alegría y el amor de criar a un nuevo niño hace que todo valga la pena.
Josh y Allison sabían que la adopción de un nuevo bebé y dar la bienvenida al sexto niño de la familia sería difícil, pero no tenían ni idea de lo difícil que sería. Su viaje los llevó a cientos de kilómetros y estuvo lleno de curvas y vueltas emocionales, pero ellos se quedaron con una bendición que no cambiarían por nada del mundo.
Sigue leyendo para saber más acerca de la increíble historia de Josh, Allison y el nuevo miembro de su familia.
Josh y Allison se conocieron y se enamoraron en la universidad, y han estado casados durante 15 años.
Se imaginaban que tendrían dos o tres hijos, pero pronto se encontraron siendo los padres de cuatro hijos biológicos y un niño adoptado.
Asumieron que su familia no crecería más, hasta que recibieron la llamada de un abogado de adopciones. Allison retoma la historia desde ese punto:
«Dijo que se había acordado de nosotros cuando hablamos sobre la posibilidad de querer adoptar de nuevo y luego nos dijo que sabía de una madre biológica que necesitaba una familia para su bebé.»
«Llamé a mi marido para iniciar la conversación, pero en vez de continuar con el proceso generalmente lógico y lento de toma de decisiones, exclamó: ¡Por supuesto! Esto es claramente una respuesta por lo que hemos estado orando’«.
«Cuando llegó la llamada para hacernos saber que la madre biológica de Sam estaba de parto, rápidamente subimos a los niños y un puñado de equipaje en la camioneta y salimos a la carretera para un viaje de 10 horas hasta el Hospital de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. El abogado de adopciones llamó…
‘¿Tiene Josh tiene ambas manos en el volante?
Entonces ella procedió a decirme que los médicos de Duke acababan de terminar una ecografía y descubrieron que había, de hecho, dos bebés por nacer. Siempre me cuesta mucho articular las emociones que tuvimos en ese momento. Era algo parecido al éxtasis«.
«A medida que el miedo disminuyó y la emoción creció, el nombre de nuestra amiga volvió a aparecer en la pantalla de mi teléfono. Cuando ella empezó a hablar en esta ocasión, sin embargo, su tono era completamente diferente. Atrás quedó la cadencia y en su lugar escuchamos una voz de angustia.
«Siento mucho decir esto; están a punto de hacer una cesárea de emergencia, y no creen que el bebé B sobreviva al parto’.»
«Un millón de cosas ocurrieron durante las siguientes dos horas de conducción hacia el hospital, pero cuando finalmente llegamos, nos encontramos a un pequeño, pero saludable, bebé que estaba siendo abrazado por las enfermeras después del parto. Pero en la UCIN había una preciosa señorita de algo más de un kilo de peso, que no tardaríamos en descubrir que había nacido sin cerebro.
Los médicos nos miraban con ojos de tristeza y compasión y nos dijeron: ‘No tienen porque llevársela. Sabemos que esto no es lo que esperaban’«.
«Desde lados opuestos de la pequeña incubadora, Josh y yo dijímos al unísono: ‘Es nuestra hija’.
Toda nuestra familia pasó las siguientes tres semanas en Duke con ella, abrazándola, cantando, llorando y rezando. Cuando estuvo lo suficientemente estable, Duke, nos ayudó con un transporte sanitario para su viaje hasta el Hospital de Niños de nuestra ciudad de Birmingham, donde pasó tres semanas más en la UCIN«.
«Finalmente, después de 44 días en el hospital, Ava Leigh Lewis llegó a casa con su familia.»
«La elección de que Ava fuera nuestra hija fue una de las cosas más ‘fácilmente difíciles’ que hemos hecho nunca. Tenemos muchas visitas a la semana de su equipo de cuidados paliativos, a todos ellos y a nuestras enfermeras los queremos, sus visitas son un recordatorio de que la vida de Ava en la tierra probablemente terminará mucho antes de lo que nunca querríamos.
Hablamos abiertamente con los niños. Ellos saben que la vida de Ava será mucho más corta que lo que a cualquiera de nosotros le gustaría para ella. Pero saben que tenemos mucho amor para darle en un corto período de tiempo«.
