Cuando Amanda Trop adoptó un pequeño Husky hace tres años, simplemente pensó que estaba adoptando a un cachorro llamado Kyro. Pero en realidad, Amanda estaba llevando a casa al perro que le iba a cambiar su vida.
«A día de hoy todavía sigo pensando que es él quien me rescató a mi«, escribe Amanda, «y no al revés«.
En ese momento, Amanda estaba atrapada en una relación con un novio controlador y maltratador. Después de aislarla de sus amigos y familiares. El hombre empezó a salir cuando ella era apenas unos adolescentes. Después comenzaron los maltratos; la golpeaba, y la dejaba con los ojos morados y sangrando por la nariz.
«Llegaba a casa del trabajo estresado o molesto y terminaba siendo su saco de boxeo«, dijo Amanda a KIRO 7 News. «Tú entonces te vienes abajo y te sientes atrapada y atrapada. Creo que nadie que no haya estado en esta situación puede saber lo que se siente«.
Sin embargo, después de ser voluntaria para ayudar a cuidar de una camada de perros de tiro abandonados por su madre, Amanda encontró algo por lo que valía la pena vivir en un «cachorro gordito» llamado Kyro.
«Se convirtió en prácticamente mi única fuente de felicidad«, dijo Amanda.
Al principio dice Amanda, que las salidas con Kyro se convirtieron en una excusa para escapar temporalmente de su agresor, pero cuando el indefenso cachorro también se convirtió en el blanco de la ira de su novio, supo que no tenía más remedio que dejarlo para siempre.
«Es como, ‘no está bien que me pegues, pero sobre todo no está bien pegarle a él’«, dijo Amanda, «es algo que lo cambio todo«.
Desde entonces, Amanda ha estado documentando su nueva vida que es la aventura con Kyro en Facebook y Instagram y animando a otras que estén atrapadas en ese ciclo de abuso para que no pierdan la esperanza.
«No es fácil revivir los recuerdos de un pasado de maltratos, pero mi objetivo es ayudar e inspirar a otros que están en (o se encontraban en) situaciones como la mía«, escribe Amanda . «Tu puedes encontrarte a ti misma de nuevo. Yo encontré a mi caballero de cuatro patas – ¿quién sabe dónde está esperando el tuyo?«.
Por desgracia, Amanda no está sola: De acuerdo con algunos estudios, más del 70 por ciento de las mujeres en los refugios de violencia doméstica dicen que su maltratador ha amenazado, lesionado o ha matado a una mascota.
