Este hombre se quedó en Fukushima para alimentar a los animales que todos los demás dejaron

Cuando el tsunami de 2011 paralizó la planta de energía nuclear de Fukushima (Japón), miles de personas huyeron temiendo por sus vidas, dejando casi todo atrás, incluyendo a sus animales. Cuatro años más tarde, Naoto Matsumura, un agricultor de 55 años de edad, es el único – el ÚNICO – que volvió para cuidar de ellos.

Conocido como «el último hombre de Fukushima,» Matsumura es la única persona que aún vive en la zona de exclusión alrededor de la planta nuclear de Fukushima.

¿Y por qué soporta este solitario estilo de vida que es potencialmente peligroso? Por los animales.

Cuando regresó a la zona a revisar los perros que su propia familia había dejado atrás en su granja, se dio cuenta de que decenas de mascotas y ganado se habían quedado abandonados, incluyendo gatos, perros, patos, cerdos, vacas, caballos e incluso avestruces.

«A partir de entonces, di de comer a todos los gatos y perros todos los días«, dijo Matsumura a la revista Vice. «Ellos no aguantan la espera, por lo que todos se reunen a mi alrededor ladrando en cuanto se enteran de que paso con mi camión. Por todas partes que voy siempre están ladrando. Como si dijeran: ‘tenemos sed’, o ‘no tenemos comida’. Así que sigo haciendo rondas«.

Cuatro años después, Matsumura alimenta a los animales – y asímismo – con la ayuda de donaciones de simpatizantes. Los alimentos y el agua del interior de la zona de exclusión no son seguros, por lo que gran parte de lo que consumen tiene que ser traído de fuera.

«Todos hemos sido abandonados por el gobierno«, dijo Matsumura al periodista japonés Nakamura Maya el año pasado. «Así que los animales y yo nos quedamos aquí«.

Los esfuerzos de descontaminación en Fukushima siguen sin una fecha final cercana. Mientras tanto Matsumura ha tenido un hijo: Naoki, un niño de dos años de edad. Vive fuera de la zona de exclusión con su madre, una mujer que conoció en una gira anti-nuclear en Japón y Europa después de que él comenzara a ayudar a los animales. Ellos no saben cuándo podrán vivir juntos como una familia normal.

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