¿Sabías que los «mejores amigos del hombre» han estado viviendo con los seres humanos desde hace unos 15.000 años?
No es sorprendente que, en ciertos casos, el perro tiene el papel de un agente social en la vida de una persona. Como resultado, se crea una relación única que se basa en compañía y afecto. De lo que no hay duda alguna y es aún más importante, es que el vínculo que se crea entre los cachorros y sus dueños es extremadamente fuerte.
Según científicos, este vínculo puede ser incluso más fuerte que la unión entre un padre y sus hijos. Investigadores austriacos examinaron el «efecto base segura», que se considera que es un elemento clave en la unión hijo / padre. Este efecto juega un papel importante en una relación, y hace referencia a los bebés humanos que utilizan a sus cuidadores como una «base segura» cuando interactuan con el entorno. Sin embargo, los investigadores no habían examinado este tipo de vínculo entre los dueños de perros y sus mascotas.
La doctora Lisa Horn del Instituto de Investigación Messerli de Vetmeduni, que es parte de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, hizo un estudio, que fue publicado por la revista PLoS One: en el cual se examinaron las reacciones de perros en tres condiciones – cuando su dueño estaba ausente, cuando estaba en silencio y cuando le alentaba. Los perros podían ganar un premio de comida mediante la manipulación de los juguetes del perro. Los animales parecían menos entusiastas de trabajar para comer cuando sus cuidadores no estaban allí. La motivación del animal no fue influenciada por el estímulo o la falta de ánimo de su propietario. La presencia del propietario en sí marcó una gran diferencia en el comportamiento del perro, dándole más confianza. De acuerdo con la Dra. Horn, «el estudio proporciona la primera evidencia de la similitud entre el «efecto base segura» que se encuentra en las relaciones perro/dueño y niño/ cuidador. Este sorprendente paralelismo se continuará investigando en estudios comparativos directos entre perros y niños«.
Los resultados de este estudio demuestran la fuerte unión que existe entre los perros y sus dueños. Además todos sabemos que el amor de un perro es atemporal. Eso es exactamente lo que la fotógrafa Amanda Jones quería demostrar a través de su proyecto. Amanda, que actualmente vive en Massachusetts, ha estado fotografiando perros durante veinte años.
Poppy – 1 año y 7 años.
Corbet – 2 años y 11 años.
Briscoe – 1 año y 10 años.
Amanda ha fotografiado y ha seguido a 30 perros durante toda su vida, para comprobar como se transforman de cachorros a perros mayores, y ver su envejecimiento desde varios meses hasta muchos años.
Audrey – 3 años y 12 años.
Fred – 2 años y 10 años.
Cooper – 3 años y 10 años.
Kayden y Brodie – 11 meses y 5 años; 7 años y 12 años.
Sus fotos ilustran que «el vínculo que compartimos con nuestros compañeros caninos profundiza y madura en su viaje desde cachorros juguetones a viejos amigos sabios«.
Rufus – 6 meses y 13 años.
Sydney y Savannah – 16 meses y 5 meses; 10 y 9 años.
Maddy – 5 años y 10 años.
Abigale – 5 meses y 8 años.
Lily – 8 meses y 15 años.
Maddie y Ellie – 7 años y 6 años; 14 y 13 años.
La fotógrafa declaró al Daily Mail: «Algunos no parecen envejecer en absoluto, mientras que otros muestran los signos de la edad abiertamente en sus ojos, sus carrillos, y su pelo gris. Es este aspecto que reconocemos en nosotros mismos y ver nuestras almas en sus ojos lo que nos da una conexión tan profunda con los perros. Una cosa que permanece constante es el amor que la gente y sus perros se tienen el uno al otro. Eso no cambia, no importa cuántos perros tengas a través de los años«.
Créditos de las imágenes: © Amanda Jones.
