Esta es la razón por la que se accede a la «Bóveda del fin del mundo» por primera vez

Esta es la razón por la que se accede a la "Bóveda del fin del mundo" por primera vez[sc:creditos-sin-url texto=»Getty» ]

Una bóveda llena de suministros de semillas creada para una potencial catástrofe global ha tenido que ser abierta por primera vez debido a la guerra en Siria.

La «bóveda del fin del mundo» (o Bóveda Global de Semillas) tiene semillas congeladas en una isla llamada Svalbard que está entre Noruega y el Ártico, que se han almacenado con la intención de ser utilizadas para sostener a la humanidad en caso de un brote de enfermedad, de un desastre global o de una guerra nuclear.

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Sin embargo algunas de las semillas de cultivos resistentes a la sequía ahora se utilizarán en Siria después de una solicitud puesta por el Centro Internacional de Investigaciones Agrícolas en Zonas Áridas (ICARDA), dirigida a la Bóveda Global de Semillas.

El ICARDA estaba situado originalmente en Aleppo, Siria, pero se ha trasladado a Beirut en el Líbano desde que comenzó el conflicto.

Tienen su propia bóveda con cultivos de emergencia en el interior, sin embargo, debido a los daños sufridos por el edificio en Alepo ya no pueden acceder a ella, y por eso requieren la ayuda de la pequeña isla que está situada a muchos kilómetros de distancia.

Esta es la razón por la que se accede a la "Bóveda del fin del mundo" por primera vez[sc:creditos-sin-url texto=»Beha El Halebi/Anadolu Agency/Getty Images» ]

Brian Lainoff dijo que 130 cajas de las 325 que tiene el ICARDA depositadas en la bóveda del fin del mundo en Svalbard les serán transferidas a ellos tan pronto como la burocracia lo permita, por lo que ésta será la primera retirada de semillas de la bóveda.

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«La protección de la biodiversidad del mundo de esta forma es precisamente el propósito de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard«, agregó.

Dentro de la bóveda de la isla se encuentran 860.000 muestras de semillas de todo el planeta, y cada año se depositan nuevas muestras.

Incluso sin energía, la bóveda quedaría bloqueada y funcional (manteniendo todas las muestras de semillas congeladas) durante unos 200 años.

Fuente: METRO

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