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Esta caravana puede parecer extraña, pero una vez que veas el interior desearás TENER UNA

Esta caravana puede parecer extraña, pero una vez que veas el interior desearás TENER UNA

Cada vez es más popular ir de camping. Desde enormes autocaravas y caravanas hasta tiendas de campaña ultraligeras unipersonales, hay opciones para todos para disfrutar del aire libre. En cualquier caso, pocas personas saben que la popularidad del acampar de forma recreativa se debe a las excursiones al aire libre que hacía Henry Ford, y que iba acompañado de amigos como Thomas Edison y un agente de bienes raíces llamado Edward Kingsford. Estos viajes no sólo sirvieron para popularizar las acampadas entre los ricos, sino que también llevaron a la creación de las famosas briquetas de carbón. Con la venta de parrillas y carbón directamente a través de sus concesionarios, Ford cuidadosamente difundió el concepto de acampar, y quedo ligado para siempre a la libertad que ofrecían sus automóviles.

Durante la década de 1950, los estadounidenses no se cansaron de las actividades al aire libre, incluso les gustaba llevar algo de su casa con ellos. La caravana De Markies continuó esa tradición, aunque fue diseñada a medio mundo de distancia.

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Creada por el diseñador holandés Eduard Bohtlingk en 1985, la caravana De Markies parece una caja sin pretensiones. Pero cuando bajan los laterales, se hace evidente que no es un remolque ordinario.

Toldos de vinilo y muebles inteligentes plegables permiten que esta caravana se convierta en un hogar moderno y cómodo al aire libre.

Los toldos se pueden subir o bajar, dependiendo del clima.

Usted puede incluso dormir bajo las estrellas en una noche clara.

Con cuatro camas, un divisor removible permite un poco de privacidad mientras se duerme.

Las comodidades modernas continúan en la cocina, con una cafetera profesional.

Todo está cuidadosamente diseñado para maximizar las funciones y minimizar el espacio.

Esto hace que haya algunos aparatos inusuales, como esta combinación de fregadero y cocina.

Fotografías © Eduard Bohtlingk.

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