Un anciano se pone furioso cuando descubre lo bueno que es el cielo – tenía la razón perfecta para enfadarse

Un anciano se pone furioso cuando descubre lo bueno que es el cielo - tenía la razón perfecta para enfadarse

La gente está dando cada vez más prioridad a la vida sana. Algunas personas sin embargo, deciden no seguir esta tendencia. A veces ir en contra de la mayoría tiene su encanto. Quién sabe, lo que podemos encontrarnos al final.

Una pareja de ancianos de 81 años, que habían estado casados durante casi 60 años, murió en un accidente automovilístico. Habían estado en buen estado de salud durante los últimos 10 años, gracias al ejercicio y la comida sana que la mujer había elegido. Cuando llegaron a las puertas del cielo, Jesús estába listo para recibirlos.

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Él les acompaña a su nueva casa. Era una gran casa con una gran cocina, un dormitorio y un baño con jacuzzi. La pareja miró a su alrededor con asombro. Entonces el anciano le pregunta a Jesús cuánto cuesta vivir allí.

«Es gratis, por supuesto«, responde Jesús, «después de todo esto es el cielo«.

Luego van a inspeccionar el campo de golf que está situado justo al lado de la casa. Ahora tendrán el privilegio de poder jugar allí cada día de la semana. El campo parecía excelente, y era posiblemente el mejor campo de golf que el anciano había visto nunca. Así que le pregunta a Jesús:

«¿De cuánto es la cuota de este campo de golf?»

«Es gratis, por supuesto, después de todo esto es el cielo.»

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Siguen hasta el restaurante del club de golf. Allí, les habían preparado un gigantesco y maravilloso almuerzo buffet.

«¿Cuánto cuesta comer aquí?»

«Amigo mío, estás en el cielo ahora, todo es gratis«, responde Jesús.

«Sin embargo, no parece haber ningún alimento bajo en calorías«, dice el hombre mientras mira a los platos llenos.

Jesús responde:

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«Aquí puede comer tanto como usted desee, y nunca ganará peso ni se pondrá enfermo. Después de todo esto es el cielo«.

El anciano de repente se pone furioso, tira su sombrero al suelo, y salta sobre él con rabia.

Su esposa trata de calmarlo, y le pregunta qué le pasa. El anciano entonces le responde:

«¡Si no hubiera sido por tu condenada comida sana, podríamos haber estado aquí desde hace 10 años!»

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