La elefanta Hanako ha estado viviendo en una celda de hormigón durante 61 años. Y ahora la gente está diciendo que ya es suficiente.
A los 68 años de edad, Hanako es la elefanta más vieja de Japón. Ha pasado las últimas seis décadas en el parque zoológico del parque Inokashira, Tokio, donde vive sola en un recinto estéril. No hay pasto o árboles – sólo suelos y paredes de hormigón. No está claro cuando se vio por última vez a otro elefante.
Un visitante reciente describe su casa como «uno de los zoológicos más crueles y arcaicos del mundo moderno«.
«Totalmente sola en una pequeña y estéril caja de cemento sin ninguna comodidad o estimulación proporcionada, se queda allí casi sin vida – como una estatuilla«, escribió Ulara Nakagawa.
Un video de 2013 muestra a la anciana elefanta balanceándose hacia atrás y hacia adelante como si ella quisiera jugar con un trozo de cuerda o tubo, uno de los únicos estímulos disponibles en su pequeña celda.
De acuerdo con el Japan Times, Hanako nació en Tailandia en 1947 y fue enviada al Zoo Ueno de Japón con sólo 2 años de edad. Ella estuvo allí para reemplazar a los elefantes anteriores del zoológico, que habían ido murieron de hambre durante la Segunda Guerra Mundial, bajo las órdenes del gobernador de Tokio. Unos años más tarde, fue trasladada a Inokashira, donde ha vivido desde entonces.
Ella perdió la mayoría de sus dientes hace décadas, y actualmente sufre de problemas digestivos.
Como resultado de su larga vida de maltrato, Hanako ha desarrollado un comportamiento violento. Hanko pisoteó a un hombre que entró en su celda en 1956, de acuerdo con el Japan Times, y, más tarde, a un empleado del zoológico, y se mantuvo encadenada durante muchos años.
Y «con el aumento de su edad se ha vuelto más temperamental», informa el Times.
Un artículo de 2011 del National paper Asahi Shimbun dice que Hanako había golpeado a un guardián, había lanzado a un veterinario y perseguido a un miembro del personal en los cinco años anteriores.
Mikio Murofushi, la líder del equipo de atención de Hanako, dijo en ese momento que estaba segura de que la agresión de la elefanta no había sido un accidente. «Un accidente puro es imposible en el caso de un elefante«, dijo Murofushi. «Un elefante es extremadamente inteligente y actúa cognitivamente«.
Sin embargo, a pesar de que la inteligencia, Hanako sigue encerrada en su pequeña celda de hormigón.
Y ahora la gente ha tenido suficiente. Una petición para que Hanako se libere a un santuario o se cuide correctamente ha cosechado varios miles de partidarios, y pide que la anciana elefanta reciba atención médica, acceso a una piscina y – después de tantos años – la capacidad de interactuar con otros de su especie.
Aunque la elefanta está entrando ahora en sus años finales, la gente de todo el mundo tienen la esperanza de que por fin pueda encontrar algo de paz. Pero como hay tan pocos santuarios de elefantes que tienen conexiones con Japón, no está claro cómo llegará la ayuda.
«Espero que en algún lugar haya un poco de justicia para Hanako y otros elefantes cautivos que son mantenidos en estas condiciones inaceptables y horrendas«, escribió Nakagawa.
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