Incendios en coches eléctricos: ¿más difíciles de apagar que en vehículos de combustión?

Incendios en coches eléctricos: ¿más difíciles de apagar que en vehículos de combustión?

Naturaleza del incendio: baterías vs. combustible líquido

Los incendios en vehículos eléctricos presentan diferencias importantes frente a los de coches con motor de combustión interna. La fuente de energía de un coche eléctrico, las baterías de iones de litio, introduce retos particulares. Si una batería sufre daños graves, puede producirse un escape térmico, un proceso de reacción en cadena donde las celdas se sobrecalientan e incendian las adyacentes. Este fenómeno alimenta el fuego desde el interior de la batería, haciendo que las llamas persistan mientras quede energía en las celdas. En contraste, un coche de combustión se quema principalmente por el combustible derramado y materiales como plásticos; una vez consumido el combustible, el incendio suele apagarse más fácilmente. Los bomberos señalan que un coche eléctrico accidentado puede tardar horas en asegurarse, mientras que un coche de combustión puede controlarse en minutos. Incluso se ha documentado que un coche eléctrico puede arder durante un día entero sin pausa.

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Temperatura y liberación de energía

Las baterías de iones de litio contienen una gran cantidad de energía. Cuando arden, liberan mucho calor, alcanzando temperaturas extremas que pueden superar los 2.000 grados Celsius. Esta temperatura es superior a la de muchos incendios de combustibles fósiles y puede hacer arder incluso componentes metálicos del vehículo. Además, pueden producir reacciones químicas que generen gases inflamables, lo que añade riesgo de explosiones. Por eso, a veces los bomberos optan por dejar que el coche eléctrico arda de forma controlada hasta que se consuma la batería, en lugar de arriesgar personal en un fuego difícil de sofocar.

Incendios en coches eléctricos: ¿más difíciles de apagar que en vehículos de combustión?

Recursos necesarios: agua y tiempo de extinción

En un turismo de gasolina incendiado suele bastar el agua que transporta un solo camión de bomberos para controlar las llamas. En incendios de coches eléctricos, sin embargo, se requieren muchos más recursos. Ha habido casos en los que se han utilizado más de 10.000 o incluso más de 100.000 litros de agua para apagar completamente un incendio. El tiempo también es un factor crítico: mientras un coche de combustión puede apagarse en minutos, uno eléctrico puede tardar horas. En algunos accidentes, la carretera ha permanecido cerrada durante más de seis horas hasta asegurar que no haya rebrotes del fuego. Todo esto demuestra que apagar un incendio de coche eléctrico suele requerir más agua y más tiempo.

Riesgos adicionales para bomberos y entorno

Los incendios de coches eléctricos también conllevan riesgos añadidos. Uno de ellos es la emisión de gases tóxicos, como el fluoruro de hidrógeno, que pueden ser peligrosos para los equipos de emergencia. Otro riesgo es la reignición: incluso después de apagar las llamas, la batería puede volver a encenderse horas o días después. Por eso, los protocolos recomiendan vigilar el vehículo durante largo tiempo, e incluso sumergirlo en agua para enfriar completamente el paquete de baterías. En algunos casos, los coches eléctricos se han vuelto a incendiar varias veces tras haber sido aparentemente apagados.

Protocolos y técnicas de extinción especiales

Para afrontar estos desafíos, los bomberos están adaptando sus protocolos. Algunas de las medidas incluyen:

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– Enfriamiento prolongado con grandes cantidades de agua.
– Inmersión del vehículo en contenedores llenos de agua.
– Uso de mantas ignífugas para contener el fuego.
– Contacto con los fabricantes para conocer cómo desactivar el sistema eléctrico.
– Formación específica para bomberos sobre incendios en coches eléctricos.

Algunos fabricantes están incorporando sistemas que facilitan el trabajo de los bomberos, como accesos especiales para inyectar agua directamente en la batería o interruptores que permiten desconectar el sistema eléctrico con rapidez.

Conclusiones

En general, los incendios de coches eléctricos sí pueden ser más difíciles de apagar que los de vehículos de gasolina o diésel, debido principalmente a las características de las baterías de iones de litio. Estas baterías pueden mantener el fuego activo desde su interior, generando llamas muy calientes y difíciles de extinguir. También implican riesgos adicionales como gases tóxicos y reigniciones. No obstante, estos incendios son estadísticamente raros y los bomberos están desarrollando técnicas y protocolos cada vez más eficaces para afrontarlos. La transición a la movilidad eléctrica requiere comprender y mitigar estos nuevos desafíos para garantizar la seguridad de todos.

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