Al ver este vídeo podrá comprobar como su indignación crece cada segundo. A pesar de que antes de darle al «play» sabe que se trata de un experimento, al sentir como el jóven vagabundo tiene escalofríos (evidentemente reales) y ver que todo el mundo mira pero no hace nada, le resultará francamente molesto.
Aunque le de rabia o incluso provoque lágrimas, le recomendamos que siga viendo el vídeo. Lo que ocurre al final es verdaderamente conmovedor.
Es curioso comprobar como el único transeúnte que se detiene es otro vagabundo. Este incluso ofrece su espalda como escudo para que el jóven no tenga frío mientras le da su propio abrigo. Esto demuestra, además, que la compasión viene a menudo de la gente que en algún momento ellos mismos han necesitado. ¿Qué habría hecho usted en esta situación?