A este perro llamado Skippy, parece que realmente le gustan las galletas de tarta de zanahoria. No deja de mendigar y se queda siempre sentado como si fuera un perro de la pradera. Pero lo que hace realmente especial a Skippy es que ha aprendido a mover sus patitas al mismo tiempo que se queda mirando. ¡Es tan divertido! Al fondo se puede ver a su pequeña hermana, Sarah, corriendo también.
Un consejo: No dejes que tu mascota te engañe con su mendicidad, u obtendrá golosinas todos los días. Ah, en la galleta que pide Skippy no hay chocolate.