David Pérez, residente de Fremont, California, veía regularmente que su vecino anciano, de 75 años, subía hasta el techo de su casa todos los sábados y domingos por la tarde. Después de unas horas allí arriba, bajaba. David fue finalmente capaz de darse cuenta de que el anciano estaba tratando de reparar las tejas de su techo por sí mismo, por lo que publicó el siguiente post en su nombre en Facebook:
Me gustaría hacer llegar esto a cualquier persona que tenga experiencia en techos. Así que por favor comparta esto. Tengo un vecino, el hombre del techo de esta foto, del que desconozco el nombre. Tiene unos 80 años y se sube al techo tratando de terminar de poner las tejas por sí mismo. Lo siento por él, pero no tengo habilidades en reparación de techos. Me gustaría saber si alguien puede donar su tiempo para ayudarlo a acabar. Parece que él tiene todos los materiales por lo que busco mano de obra libre para este sábado 29 de agosto«.
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David nunca esperaba que el post se hiciera viral, pero fue compartido casi 1.500 veces en un corto período de tiempo tras su publicación. Ese sábado, 40 personas se presentaron para ayudar a reparar el techo al anciano, mientras que otros donaron pizza, agua, y bocadillos para los voluntarios.
El vecino de David, de 75 años de edad, Richard Dubiel, fue sorprendido por la respuesta. Se había pasado los últimos tres meses tratando de arreglar las tejas del techo para prepararase para las tormentas de El Niño. Las rodillas le dolían cada vez que estaba allí, pero gracias a David y a un montón de extraños amables, no tuvo que preocuparse más de ello.
«Se restaura tu fe en la humanidad«, dice Richard. «Estoy asombrado. No podía creer cuando un tío llamó a mi puerta y dijo que quería ayudar de forma gratuita. Vaya gesto.»
«Ves tanta negatividad por ahí, que al ver que esto era positivo – realmente positivo – sin pensar nadie en algo a cambio o una recompensa, que sorprende.«, agregó Richard.
David inicialmente estimó que el proyecto tomaría un día completo, pero debido a la alta participación, el grupo fue capaz de realizar el trabajo de todo el techo en tan sólo cuatro horas.
«El hecho de saber cuántas veces la gente compartía [el post de Facebook], fue muy sorprendente«, dice David. «Los que dieron su tiempo para salir y ayudar a un extraño fueron muy agradables. Fue muy alentador ver eso.»