Matthew Kirk, 11 años, se dio cuenta de que había recibido una picadura de mosquito en la nariz mientras estaba de vacaciones con su familia. Acababan de volver a casa después de pasar unos días en la isla de Menorca (España), y la picadura le había dejado una pequeña área de hinchazón en la fosa nasal derecha de Matthew.
Durante las siguientes dos semanas, la picadura del insecto se hizo más grande. Hasta que un día, un amigo de la familia le hizo un comentario sobre su nariz y le dijo que tenía muy mal aspecto.
La protuberancia que se le hizo en la nariz era un aviso que hizo que la familia de Matthew se diera cuenta de que podía tener algo peor que una reacción extraña a un mosquito.
Por lo que sus padres llevaron a Matthew al médico. Al principio, los médicos pensaron que era una infección bacteriana.
Pero la zona de su nariz seguía creciendo y se hacía cada vez mayor hasta que alcanzó casi el tamaño de una pelota de tenis.
Pero entonces llegaron más pruebas – y la verdadera razón detrás de la extraña hinchazón en la cara de Matthew.
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Matthew Kirk, de 11 años de edad, se dio cuenta de lo que él pensaba que era una picadura de un mosquito mientras estaba de vacaciones con su familia.
Después de regresar al Reino Unido, la madre de Matthew también supuso que era la picadura normal de un insecto.
La protuberancia comenzó como una pequeña inflamación en el lado derecho de su nariz.
Pero a medida que pasaban las semanas, la protuberancia se hizo más grande y se extendió más allá.
«… Fue sólo cuando un amigo hizo un comentario acerca de su nariz hinchada que pensamos que podría ser algo peor«, dijo su madre Joanna a Caters News.
Al principio, los médicos pensaron que era una infección bacteriana.
En este punto, la masa se extendía hacia el ojo y se hacía del tamaño de una pelota de tenis.
Otras pruebas revelaron que no era una picadura de mosquito o una infección bacteriana.
El bulto era una masa mortal conocida como rabdomiosarcoma alveolar – un tumor canceroso poco común que afecta a muy pocas personas al año en todo el mundo.
La familia de Matthew se sorprendió. Nunca se les había ocurrido pensar que tuviera cáncer porque era un niño muy activo y saludable.
Los padres de Matthew viajaron con su hijo desde el Reino Unido a Oklahoma (Estados Unidos) para seguir un intensivo plan de tratamiento de nueve semanas que utilizaba una terapia de haz de protones.
Para evitar la traumática pérdida de cabello que aparece con la quimioterapia, también se afeitó la cabeza con antelación.
Las rondas de quimioterapia dejaron la boca de Matthew quemada y sin piel, pero el tratamiento estaba funcionando.
Matthew impresionó a todos con su fuerza y su inquebrantable determinación.
Después de regresar a su casa del Reino Unido, Matthew se sometió a una ronda final de quimioterapia.
Hoy en día, su cáncer está oficialmente en remisión.
Matthew y su familia están muy contentos de volver a sus vidas normales – pero más fuertes que nunca.
Gracias a Dios que buscaron ayuda médica en el momento justo. La detección temprana es la clave.
