En 2006, cerca de 100 caballos quedaron atrapados en una pequeña isla en Holanda. Una gran tormenta hizo que subiera el nivel del mar sobrepasando los diques de Marrum, un pueblo a 150 kilómetros de Amsterdam. Diecinueve caballos se ahogaron o murieron a consecuencia de quedar atrapados en el fango. En un punto del lugar se formó una isla donde quedaron atrapados unos caballos.
La prensa internacional comenzó a recoger la historia del Gran rescate de caballos de Holanda, pero los esfuerzos de las autoridades para rescatar a los caballos fueron un fracaso. Con el fin de salvar a los caballos, los equipos de rescate tendrían que atraer a la manada a través del retroceso de la inundación hasta tierra segura, a la vez que se montaba a caballo. Nadie pensó que se podría hacer de una manera segura y controlada.
El 3 de noviembre de 2006, ocurrió un milagro.
Al tercer día, se esperaba que las aguas aumentaran con la próxima tormenta. Esto acabaría con todos los caballos. Mientras tanto, los caballos estaban cada vez más débiles y estaban a punto de darse por vencidos. Pero justo a tiempo, apareció un anuncio en un foro sobre caballos: «Se buscan caballos y jinetes… Sólo jinetes experimentados con caballos que no tengan miedo al agua«. El intento de rescate era desgarrador. Atendieron al anuncio curiosamente varias jinetes mujeres – Susan, Micky, Antje, Hinke, Christina, y Fardow. Se reunieron al día siguiente para llevar a los caballos hasta un lugar seguro.
En el siguiente video, verás lo que estas heroicas mujeres hicieron arriesgando su propia vida para salvar a estos caballos …
En 2006, el gran rescate de caballos sacudió todo el país y al resto del mundo. Una fuerte tormenta azotó un pueblo a las afueras de Amsterdam, dejando a un grupo de 100 caballos varados en un pequeño pedazo de tierra fangosa.
Durante tres días, los caballos estuvieron atrapados en un pequeño pedazo de tierra que se convirtió en una isla durante la tormenta. Con el viento frío y la lluvia sobre sus cuerpos, los caballos no podían hacer nada más que acurrucarse juntos, esperando un milagro.
La prensa internacional reveló varios intentos de rescate fallidos. Entonces, una publicación apareció en un foro de caballos, buscando jinetes experimentados con caballos y sin miedo al agua. Se reunieron al día siguiente en un último esfuerzo por salvarlos.
Norma Miedema, de cuarenta años, está considerada como la heroína anónima del rescate. Ella fue la primera persona que contactó con las autoridades, negándose a ceder hasta que se salvaron los caballos.
Varias mujeres a caballo guiaron a los animales de vuelta hasta una zona segura a unos 600 metros de distancia, y todos ellos – excepto un caballo – las siguieron sin dudarlo. Norma, quien terminó sufriendo de neumonía, se mantuvo en el lugar el día del rescate para ayudar a transportar a los caballos.
Las seis mujeres (de 19 a 40) que montaron ese día fueron honradas por su gobierno por su valentía y coraje. Arriesgaron sus vidas, montando en aguas congeladas en un territorio peligroso.
El último caballo que quedaba se rescató más tarde ese día, escoltado por jinetes. Se derrumbó después de llegar a la orilla, y fue atendido por los veterinarios.
Los caballos y sus héroes más tarde fueron conmemorados por la valentía en Marrum, Holanda.
¡Qué gran lección dieron al mundo estas mujeres que hicieron posible este rescate, al negarse a renunciar!
