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Estos arqueólogos excavaban las míticas ruinas de Pompeya cuando descubrieron algo TRÁGICO

Estos arqueólogos excavaban las míticas ruinas de Pompeya cuando descubrieron algo TRÁGICO

Hace casi 2.000 años, un catastrófico desastre natural quitó la ciudad romana de Pompeya del mapa. El pueblo agrícola que una vez fue bullicioso se encuentra a los pies del Vesubio, cuando estalló en noviembre del año 79 d.C. la erupción que sepultó la ciudad bajo 6 metros de ceniza volcánica. Muchos residentes que no huyeron a tiempo murieron en el acto por el intenso calor. La parte más escalofriante de todo es que la ceniza conservó sus cuerpos perfectamente. Cada cuerpo parece estar congelado en el tiempo.

La ubicación de Pompeya quedó en el olvido hasta que fue redescubierta por los arqueólogos en 1738. En estos días, Pompeya es uno de los sitios turísticos más populares de Italia, y los investigadores continúan descubriendo y catalogando los restos conservados de sus antiguos residentes. Reciéntemente (mayo 2015), hicieron un sorprendente y desgarrador descubrimiento.

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Estos arquéologos descubrieron los restos conservados de un niño pequeño que estaba sentado en el regazo de su madre cuando la tragedia les sorprendió. Creen que el pequeño tenía unos cuatro años.

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Los investigadores creen que él niño corrió hasta su madre cuando el Vesubio estaba en erupción.

Aún hay algo más trágico, el niño y su madre fueron encontrados junto a los restos de su padre y su hermano.

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«A pesar de que ocurrió hace 2.000 años, podría ser un niño, una madre o un familiar. Es arqueología humana, no sólo arqueología«, dijo Stefania Giudice, conservadora en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

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La trágica escena fue descubierta durante un proyecto de restauración de 86 cuerpos conservados en el sitio.

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Como los investigadores trabajan en la restauración de estos cuerpos, son muy conscientes de la carga emocional que el trabajo puede ocasionarles.

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«Puede ser muy emocionante manejar estos restos cuando aplicamos el yeso«, dijo Giudice a los periodistas.

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Estos dos están unidos en un abrazo final.

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Desde nuestra histórica y distante perspectiva, es fácil separar nuestro mundo moderno de lo que sucedió en Pompeya. Por eso es difícil imaginar algo tan fuera de control sucediendo hoy. Sin embargo, es difícil no tener compasión por estas pobres almas que probablemente no tenían idea de lo que estaba ocurriendo hasta que fue demasiado tarde.

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