Cinco hermosos beagles que pasaron los últimos cinco años encerrados en rígidas jaulas metálicas finalmente han conocido un simple placer que no se le debe negar nunca a ningún perro. Por primera vez en sus vidas, estos sujetos de pruebas están sintiendo el calor de la luz del sol en su cara y la hierba bajo sus patas en compañía de personas que los aprecian.
Estos perros son parte de un grupo rescatado de un centro de investigación en Corea del Sur a principios de este año, bajo la dirección del Proyecto Beagle Freedom y organizaciones de animales locales. Después de haber sido obligados a soportar una vida de reclusión y sometimiento, se habían programado que estos beagles fueran sacrificados, hasta que los equipos de rescate les convencieron para liberarlos y jubilarlos en su lugar.
A pesar de los muchos años que habían pasado carentes de confort en el laboratorio, los tímidos espíritus de los beagles no se habían roto. Descritos como «increíblemente dulces», poco a poco comenzaron a abrirse a unos sentimientos que hasta entonces habían sido ajenos a ellos, los sentimientos del amor y el afecto humano.
Liberado de sus tristes existencias e introducidos en el lado más amable de la humanidad, los beagles rescatados todavía carecían de la sensación de alegría que se tiene cuando se encuentra un hogar estable. Afortunadamente, la mitad del grupo fueron adoptados por familias en Corea del Sur, pero para los cinco restantes, la esperanza radicaría en el extranjero, a miles de kilómetros de distancia, en California (EE.UU).
El viaje para esos perritos fue largo, y probablemente también les resultó muy confuso, pero lo que les esperaba era una fiesta de bienvenida y una fiesta para los sentidos. En una ceremonia realizada en un patio trasero en Los Ángeles, los perros recién llegados conocieron el cielo azul, un césped suave – y lo más importante de todo, la libertad.
Para estos perros era sólo un primer paso sobre la hierba que les conduciría a una vida mejor. Como informa el Proyecto Beagle Freedom, cada uno de los beagles están actualmente en hogares de acogida que les dan amor mientras se adaptan a su futuro brillante como mascotas de familias.
Los equipos de rescate se apresuran a señalar, sin embargo, que hay muchos otros animales como ellos que todavía están esperando a que alguien les dé una razón para la esperanza.
«Estos perros dulces son afortunados«, escribe el grupo de rescate. «Corea utiliza 8.000 perros al año para investigación y la gran mayoría nunca llega a conocer el amor y la libertad«.