Este es un post muy especial. Fue escrito por un colaborador de The Dodo, un miembro de su familia amante de los animales.
«Era la semana antes de Acción de Gracias y mis hijos y yo estábamos de voluntarios en un refugio de animales en la ciudad de Nueva York cuando un cachorro precioso llamado Christopher Robin fue traído. Días antes, alguien le había cortado las orejas a Christopher Robin con unas tijeras y lo había dejado por muerto en un cubo de basura. Se supone que quien había hecho eso probablemente no estuvo contento con los resultados y consideró que el perro prescindible. Tendría que usar demasiadas malas palabras para describir lo que pienso de esto.»
Christopher Robin estaba a salvo en el refugio, estaba muy frágil y asustado, cuando se decidió que un hogar tranquilo en lugar de un refugio ocupado era probablemente un lugar mejor para las fases iniciales de su recuperación. Este perrito iba a necesitar abrazos continuos. Trajimos a Christopher Robin a mi casa, que estaba preparada para la fiesta navideña. Fue allí donde quise lanzar mi plan diabólico para mantener a Christopher Robin en mi familia. Sabía que mis dulces amigos y familiares estarían peleando por quién iba a darle a Christopher Robin un hogar para siempre – ¡y de hecho eso es exactamente lo que pasó!
Christopher Robin sufrió horriblemente la supresión brutal de sus orejas. Durante el resto de su vida habrá momentos donde será injustamente juzgado por el aspecto que tiene. Las personas quizás supongan que es un boxer agresivo, porque a los perros de pelea les cortan las orejas para que sean menos vulnerables en una pelea. Otros perros pueden ver, en sus orejas inmóviles y tiesas como una indicación de agresión inminente, por lo que estos perros pueden estar en mayor riesgo de ser atacados.
Es difícil imaginar el tipo de crueldad que Christopher sufrió a manos de un humano manejando unas tijeras. Tristemente, sin embargo, la cirugía «formal» para recortar las orejas de los perros y parte de la cola (quitando el pelo de la cola antes de cortarlo a la longitud deseada) ocurre todos los días en las clínicas veterinarias. No hay ningún hecho científico probado para apoyar el argumento de que estos procedimientos previenen lesiones e infecciones. La decisión de eliminar estos apéndices vitales se reduce a una elección por cuestiones de moda. Del mismo modo que hay un propósito para cada apéndice del cuerpo humano, pues lo mismo para nuestros perros. A veces hasta me siento como si pudiera utilizar más apéndices, así que la idea de eliminar cualquiera de ellos parece completamente equivocada.
Vea la transformación de Christopher Robin:
¿Qué podemos hacer?
Puede comenzar en su propia casa, haciendo una promesa de hacer que su perro nunca tenga ese dolor. Discuta el tema con su familia y amigos. Si su veterinario local todavía realiza este procedimiento, escríbale una carta y explíquele por qué quiere que esta práctica no suceda en su comunidad. Escriba a representantes locales y miembros de asambleas que tenga cerca. Busque organizaciones de animales locales o nacionales y cuénteles lo que piensa.
Extraído de «Hágalo a los animales» por Tracey Stewart (Artisan Books). Copyright © 2015.
Fotos cortesía de Animal Haven.
Ilustraciones por Lisel Ashlock.